Una yaguareté sorprendió a una familia en una vivienda de Puerto Iguazú

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Las cámaras de seguridad de una vivienda en la zona de las 2.000 hectáreas, al sur de Puerto Iguazú, registraron la presencia de una yaguareté hembra entre la noche del 9 de septiembre y la madrugada del día siguiente. El felino fue identificado como Pará, de siete años, nacida en Puerto Península

En los últimos días, el animal atacó a un chancho y a dos perros en propiedades distintas de la zona. Allí residen entre 50 y 60 familias. La aparición reavivó un debate que se repite en Misiones, la provincia con mayor población de yaguaretés en Argentina: cómo manejar los encuentros entre estos felinos y los asentamientos humanos.

Un caso previo ocurrió hace poco más de un año con otra hembra, Kunumí, que fue atacada por cazadores luego de matar animales domésticos. Fue rescatada, reinsertada y hoy cría a un cachorro.

Monitoreo y medidas de prevención

Pará porta un collar satelital y es monitoreada desde principios de este año. Aunque el dispositivo permite conocer sus desplazamientos, no funciona como un sistema de alerta en tiempo real. El recorrido habitual de la yaguareté incluye el Parque Nacional Iguazú, terrenos del Ejército y Puerto Península, con eventuales incursiones en áreas cercanas a viviendas.

Ante la situación, el Ministerio de Ecología, el Instituto Misionero de Biodiversidad, ONGs e investigadores del CONICET impulsan acciones para reforzar la prevención. Entre las medidas ya aplicadas se encuentran la entrega de madera para construir caniles, alambrados perimetrales y luces de tipo fox-light, que emiten destellos aleatorios para ahuyentar a los felinos. El objetivo es reducir el riesgo manteniendo a los perros y al ganado dentro de recintos seguros durante la noche.

Convivencia en zonas de contacto

En Misiones se estima la existencia de 84 yaguaretés, aunque los incidentes con poblaciones humanas se concentran en apenas tres hembras: Kunumí, Elecha y Pará. Los especialistas señalan que estos encuentros suelen estar vinculados a la presencia de animales domésticos sin resguardo.

En las comunidades de la zona también se fomenta la organización vecinal. Un grupo de mensajería instantánea permite a los habitantes reportar situaciones de riesgo y coordinar respuestas rápidas. Según registros locales, esta práctica ha reducido los ataques y favorecido la conservación de los felinos en la región.

(Fuente: Infobae)

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