«Déjenlo que se vaya, si total él todos los días me dice que me va a matar»

Somos Vos
5 Min Read

El femicidio de Marisa Cuñha (47) en San Vicente reveló un historial de violencia de género y económica que padecía de parte del principal sospechoso del asesinato, Marcelo Da Rosa (53). El hombre debe designar un abogado defensor este lunes para avanzar con la correspondiente cita indagatoria

Son pocas las palabras que puedan resumir la sensación de intranquilidad que hoy aqueja a la familia Cuñha, que aún procesa el fallecimiento de Marisa (47), atacada a tiros en su casa en el barrio Ceferino de San Vicente el jueves pasado. Su ex pareja, Marcelo Da Rosa (53) es el principal sospechoso de haber perpetrado su femicidio, una escena que descubrió en primera persona uno de los hijos de la víctima.

A ese hallazgo le siguieron momentos de horror y tensión. Primero, una fuga y horas de intensa búsqueda que incluyeron intervención de autoridades de Brasil y Paraguay. Finalmente el viernes 5 de septiembre cerca de las 19:30, Da Rosa fue encontrada en el barrio 51 Viviendas de esa misma localidad, comprando en un kiosco.  

El malestar se percibe fácilmente entre los familiares de Marisa, mujer recordada por ellos como compañera y cariñosa. «Ni quedando preso hasta el último día de su vida va a pagar por todo lo que te hizo y nos hizo», lamentó su hermana Rafaela.

El femicidio conocido -y el sexto en lo que va del año en Misiones- reveló un historial de violencia de género que Marisa habría sufrido hace al menos 15 años y que quedaron reflejadas en incontables denuncias. Pero por temor, por sentirse amenazada diariamente, por falta de una red de contención inmediata y por ausencia de medidas judiciales concretas, la mujer dejó de denunciar lo que vivía hace varios meses.

Aunque eso no se contaba, las intimidaciones persistían. Según relató Marisa a su hermana en sus últimas semanas de vida, Marcelo habría «comprado» la lealtad de sus hijos para que éstos no denunciaran lo que se vivía en esa casa: «Los gurises están muy flojos, tendrían que ponerse más firmes con él», lamentaba la madre.

Ella, mientras tanto, se veía impedida de tener sus propios ingresos, lo que la imposibilitaba a irse del hogar. Sumado a que seguían conviviendo mientras resolvían tema de bienes, tras haberse separado hace más de tres semanas, previas a su muerte.

En uno de los episodios de agresión más recientes, la mujer sospechó que su ex pareja mantenía una nueva relación amorosa con una joven oriunda de Brasil. En un mensaje de voz casi augurando la fatalidad que se conocería días después,  Marisa reconocía: «Déjenlo que se vaya, capaz es una trampa y lo matan (…) Si igual a mí todos los días me dice que me va a matar».

A la violencia verbal  y psicológica se le sumaba la económica. «Él (Marcelo) contó enfrente de los gurises: ‘Yo nunca le puse el negocio porque donde ella se independizaba, me iba a dejar’», recordó Cuñha en un reciente mensaje de voz que envió a su hermana -una de las pocas personas a quien le confiaba sus padecimientos-.

Cita indagatoria

Se prevé que Da Rosa defina quién lo defenderá en la etapa de instrucción, a cargo del Juzgado de San Vicente. Una vez confirmada su defensa, su cita indagatoria con el juez Gerardo Casco se realizaría este martes por la mañana.

Se espera que en esa instancia el sospechoso pueda aportar su versión sobre lo ocurrido. Mientras tanto, la familia de Marisa lucha por sostener el bienestar de su hijo más chico, de 12 años: lo más inmediato de resolver será la custodia legal del menor.

elterritorio.com.ar

Share this Article