Buki Rosa, maestro y referente del teatro misionero, falleció este jueves a los 72 años tras días internado por problemas cardio-respiratorios.
Este jueves se conoció la muerte de Raúl Armando “Buki” Rosa, referente del teatro misionero y principal impulsor de la Sala Mandové Pedrozo en Posadas. Rosa, que tenía 72 años, estuvo internado más de diez días en terapia intensiva por una insuficiencia cardíaca aguda, que derivó en una dificultad respiratoria severa y lo mantuvo alejado de sus actividades hasta el último momento.
Durante décadas, Buki Rosa encabezó proyectos culturales, dirigió elenco s y fortaleció la escena teatral desde su lugar como maestro y gestor. Fundó el Grupo Laberintos, espacio donde produjo obras, impulsó festivales y sostuvo una intensa actividad comunitaria que hoy deja huella en la provincia. La Sala Mandové Pedrozo, que creó y dirigió hasta el final, se convirtió en un punto de encuentro para actores, público y creadores de múltiples generaciones.

El trabajo de Rosa trascendió la escena local y se consolidó como un modelo de gestión cultural, siempre con el foco puesto en la formación y la participación colectiva. Su visión humanista del arte lo llevó a defender el teatro como motor de transformación social y herramienta de encuentro, dejando una marca profunda en quienes compartieron talleres, obras y proyectos bajo su conducción.
La comunidad artística misionera recibe la noticia con dolor, en particular por la pérdida reciente de su hijo Fernando Rosa, humorista y figura del stand up local. Buki vivió el fallecimiento de su hijo como un golpe personal, pero siguió apostando a la cultura y a la memoria desde la sala teatral que hoy lleva el nombre de “Mandové Pedrozo”, en homenaje a su legado familiar y artístico.
Buki Rosa: un legado cultural y artístico en Misiones
La trayectoria de Buki Rosa se distinguió por su humor, su capacidad crítica y su facilidad para conectar con artistas y público. Fue reconocido como un formador generoso, un animador de la cultura local y un referente ético para quienes transitaron la escena teatral de Misiones.
Su trabajo dejó una huella en las salas, en los actores y en el público que disfrutó de sus propuestas escénicas. La Sala Mandové Pedrozo, su gran obra, seguirá siendo un espacio de memoria, creación y resistencia artística.
La partida de Buki Rosa dibuja un vacío en la cultura misionera, pero su obra y su ejemplo permanecen intactos entre quienes lo conocieron y admiraron. Su compromiso con el teatro, la docencia y la gestión cultural se mantiene vivo en cada proyecto que impulsó y en cada artista que formó.